La
Nueva Granada vivió el 7 de agosto de 1819 uno de los hechos más importantes en
todo el proceso de su Independencia. El acontecimiento ocurrió a 14 kilómetros
de Tunja y a 110 kilómetros de Bogotá, en un puente que pasa sobre el Río
Tanatinos. Desde aquel momento, se recordaría esta fecha como el día de la
‘Batalla de Boyacá”.
En
ella, cerca de 2.850 criollos, mulatos, mestizos, zambos, indígenas, negros y
miembros del Ejército Libertador, bajo el mando de Simón Bolívar, Francisco de
Paula Santander, José Antonio Anzoátegui y Carlos Soublette, lucharon contra
casi 2.670 integrantes del Ejército Realista (los leales a la Corona Española),
liderado el general José María Barreiro.
La
Independencia es imposible reducirla a un solo acontecimiento, especialmente
cuando en la historia quedaron plasmadas decenas de batallas y combates. Sin
embargo, sí hay un hecho que fue un hito en el proceso: la Batalla del Puente
de Boyacá.
La
batalla arrancó sobre las 2 de la tarde y se extendió por cerca de dos horas.
La razón inicial del enfrentamiento, como muchos creen, no fue la toma del
Puente de Boyacá. La Batalla se llevó a cabo allí, ya que el Ejército Realista
planeaba tomarse Santa Fe de Bogotá, valiéndose del Puente como vía de acceso;
y las tropas libertadoras impedirían, a como diera lugar, esta acción.
Aunque
tienen tamaños similares y quedan en el mismo lugar, el Puente de Boyacá en el
que venció el ejército libertador es distinto al que se puede ver hoy, ya
convertido en un sitio turístico.
Debido
a los daños sufridos durante la batalla, el puente original ya no existe. 100
años después de la batalla, el 7 de agosto de 1919, por orden del entonces
presidente Marco Fidel Suárez se empezó a construir el puente que hoy
conocemos.
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