Para
caracterizar a la población negra afrocolombiana es relevante presentar algunas
precisiones y aclaraciones alrededor de las diferentes acepciones con las que
se hace referencia a este grupo poblacional. Afrocolombiano (a), negro (a),
afrocolombianeidad y negritud, negritudes, son términos utilizados en numerosas
ocasiones, indistintamente, sin tener en cuenta las implicaciones de utilizar
uno u otro, y sin tener claridad de cuál es la referencia adecuada según el
contexto histórico, jurídico, regional y político. Dentro y fuera de las
comunidades negras afrocolombianas se ha generado un amplio debate- que aún no
se resuelve- acerca de cuál es el etnónimo correcto para denominarlas.
Afrocolombiano (a) ha sido el término con el que se ha pretendido el
reconocimiento del valor cultural y étnico de estas comunidades con huellas de
africanía; sin embargo los detractores de este término han señalado que éste
opera a manera de eufemismo que invisibiliza los imaginarios1 negativos y las
prácticas de discriminación alrededor de las negritudes en el contexto
colonial, y sus pervivencias hasta la actualidad. Por esta razón algunos
movimientos se han autodenominado negritudes, para hacer énfasis en la carga
peyorativa y en los imaginarios negativos alrededor del color de piel “negro”,
que hicieron de esta categoría colonial un dispositivo legitimador de
marginación social, que debe reconocerse mientras a su vez se lleva a cabo un
proceso de resignificación de lo negro, y de los aportes afrocolombianos a la
construcción de la nación colombiana.
En
la Constitución Política de Colombia de 1991 se reconoció a las comunidades
afrocolombianas como pueblo- con un conjunto de derechos colectivos- que forma
parte de la diversidad étnica y cultural de la Nación, por primera vez
reconocida constitucionalmente.
En
la Ley 70 de 1993- hito nacional y regional del reconocimiento
afroamericanoreconoce los derechos colectivos sobre tierras y conocimientos
ancestrales señalan los mecanismos de consulta previa, libre e informada con
comunidades étnicas.
Las
festividades son la representación del sentimiento colectivo, algunas de ellas
transitan entre lo divino y lo mundano, y son el reflejo del proceso adaptativo
y de diversas formas de reinterpretación de los símbolos y significados
culturales. En Colombia los afrocolombianos participan en eventos como el
Carnaval de Barranquilla, la Fiesta de Reyes- en el Festival Andino de Blancos
y Negros-, las Fiestas del Diablo, las Balsadas de los Santos en el Pacífico,
en los que se expresan las herencias de la cultura africana con bastante
colorido y contenido iconográfico
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