sábado, 19 de marzo de 2016

¿Qué nos pasa?

Editorial....En nuestro país ocurre lo mismo que en muchas naciones del mundo y quizás en todas partes; nuestra Democracia es aún imperfecta y no tan justa como  quisiéramos. En consecuencia, la protesta y la reforma social no sólo son un derecho sino, principalmente, un deber ciudadano para hacer mejoras en la democracia y en el Estado. Pero no todo vale. Los grupos con presumibles ideales revolucionarios como la guerrilla que dicen perseguir un orden más justo y una vida más digna, actúan violentamente contra la población civil y destruyen recursos naturales. 

Estos están hoy sentados con el gobierno hablando de paz para los territorios que han tomado desde hace muchas décadas. Podemos ver otros grupos privados que quieren defender por  ley propia lo que considera ser suyo, pero en este tire y afloje la cura es peor que la enfermedad; estos grupos destruyen más que lo que construyen.Lo cierto es que estos grupos de guerrilleros han empezado una guerra contra la sociedad y contra el Estado. Cualquiera de nosotros, por el solo hecho de ser ciudadanos o líderes  de la democracia podemos  ser víctimas directas de secuestros, amenazas o extorciones como también podemos ser víctimas indirectas y casuales de actos terroristas contra la autoridad o contra los servicios públicos.

Hoy estamos sufriendo una intensa urbanización del conflicto; la violencia que antes veíamos tan distante en los campos ahora llega a las ciudades. Los últimos actos terroristas son un indicio no sólo de lo que pudo  haber ocurrido sino, ciertamente, de lo que puede pasar si no hacemos nada.

Como contribuimos a la Paz que espera esta Colombia. Es responder a la destrucción con construcción;  resistir es mantenernos en nuestros puestos de trabajo persistir en nuestras empresas, continuar en nuestros proyectos de vida. Una Bogotá productiva, con mayor inclusión y justicia social, con impuestos que se inviertan para valorizar y mejorar el habitad urbano, es una sana e inteligente competencia contra los violentos que solo buscan la destrucción de recursos.

Resistir también es prevenir antes del que el mal este hecho y la violencia empeore, resistir es responder a la violencia  con acciones pacíficas. Si nos resistimos y aceptamos las imposiciones de los violentos estamos aportando  nuestro tributo para hacer de la violencia y el crimen empresas muy rentables y, además, estamos renunciando a nuestro futuro y al de nuestros hijos.

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