sábado, 6 de septiembre de 2025

¿Qué es la Casa de la Juventud? En la localidad de Usme en Bogotá


La Casa de la Juventud es un espacio físico y una estrategia de la Secretaría Distrital de Integración Social (SDIS) para atender a jóvenes de Bogotá —en este caso, de la localidad de Usme—, con un enfoque de prevención integral, aprovechamiento del tiempo libre, formación, participación y acompañamiento en procesos de proyecto de vida.

Se ofrece asesoría jurídica, rutas de educación y empleabilidad, apoyo psicosocial, y espacios de formación artística, cultural, comunicativa y participativa.

En Usme, la Casa también forma parte de la estrategia “Distrito Joven” y de programas distritales como “Parceros por Bogotá” y “Estrategia Reto”, que buscan apoyar jóvenes en situación de vulnerabilidad.

Ventajas

  1. Acceso a servicios integrales: No es solo un “lugar de parche”, sino un punto de acceso para servicios formales de la ciudad para jóvenes: formación, orientación profesional, empleabilidad, acompañamiento social, actividades culturales y artísticas, entre otros.
  2. Espacio de participación juvenil: Se proyecta como un lugar donde las juventudes pueden incidir, organizarse, participar en procesos culturales, talleres y actividades comunitarias. Ha sido concebida desde la lógica de participación juvenil, no solo de "oferta impuesta".

3.     Estrategia combinada de atención fija y móvil: Además de la Casa física, la Estrategia Móvil facilita llegar a jóvenes con barreras geográficas o de movilidad, lo cual es clave en una localidad con territorios dispersos como Usme y Sumapaz

4.     Apuesta distrital por reabrir estos espacios: La Casa de Juventud de Usme ha sido una prioridad de la administración distrital para reactivar los espacios de juventud cerrados o insuficientes, lo que ha implicado inversiones en infraestructura, dotación y frecuentemente en acompañamiento psicosocial y cultural.

Desafíos

  1. Cobertura real y permanencia: Aunque existe una Casa fija y estrategias móviles, la pregunta es si los jóvenes de todos los barrios o veredas de Usme pueden acceder fácilmente y con regularidad a los servicios, especialmente quienes viven en zonas más aisladas o dispersas.
  2. Recursos y sostenibilidad del proyecto: No siempre es claro si el espacio cuenta con dotación permanente, personal suficiente, actividades constantes, presupuesto estable o simplemente funciona “cuando hay eventos” o campañas puntuales.
  3. Participación auténtica y corresponsabilidad: El reto de una Casa de Juventud es que no sea un espacio impuesto “desde arriba”, sino que los jóvenes lo sientan como propio, participen en su gestión, definan su programación y asuman corresponsabilidad. Eso requiere no solo infraestructura, sino acompañamiento real, formación en liderazgo juvenil y respaldo institucional sostenido.
  4. Visibilidad y articulación con otros actores locales: Una Casa de Juventud funciona mejor cuando está bien articulada con escuelas, liderazgos locales, colectivos culturales, organizaciones de base, y cuando la comunidad joven la reconoce como un espacio útil. Si ese tejido es débil, el espacio puede quedar subutilizado.
  5. Evaluación de impacto: Es difícil medir si la Casa realmente contribuye a la reducción de la vulnerabilidad juvenil, al fortalecimiento del proyecto de vida, a la ocupación productiva, o simplemente sirve como un punto de encuentro sin seguimiento constante.

CONCLUSIÓN

La Casa de Juventud en Usme —en particular la Casa de Juventud “El Frailejón”— representa una apuesta valiosa del Distrito para acercar servicios, oportunidades, participación y acompañamiento a las juventudes de esta localidad. Combina atención fija con acciones móviles, funciona como punto de inscripción para importantes programas sociales y apunta a fortalecer el tejido juvenil local.

 

 

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