“Pasado, presente y futuro
navegan en la mente de un hombre que se embarca en un transatlántico. Al igual
que él, los tripulantes divagan entre la oscuridad, las sombras, la desolación
y la nostalgia, mientras en escena los cuerpos danzan y tiemblan. Durante el
viaje, los pasajeros quedan atrapados entre puertas; recuerdos que amenazan con
perpetuarse en el tiempo. A medida que transcurren los minutos, el escenario se
transforma en una sala de cine, con sonidos recreados en escena. La pieza fue
reconocida, en 2023, como Mejor Producción Teatral Internacional en los Premios
de la Crítica de Artes Escénicas y, en 2022, la revista Danza&Danza le
otorgó el galardón a Mejor Producción Contemporánea de 2021 en Italia.
“La compañía. Peeping
Tom fue fundada en el año 2000 por los coreógrafos Gabriela Carrizo y Franck
Chartier. La compañía de danza-teatro se caracteriza por la creación de
espectáculos hiperrealistas, que desafían la lógica del tiempo, el espacio y el
estado de ánimo. Como han afirmado los medios: “Peeping Tom ha desarrollado un
vocabulario formal único. (…) Llevan el humor absurdo y cruel hasta el
surrealismo, exponiendo nuestras peores pesadillas y deseos insatisfechos”. Se
han esforzado por la construcción de piezas que igualen la experiencia
cinematográfica a nivel de sonido y faciliten la identificación de los
espectadores con los personajes. Desde 2013, han realizado coproducciones con
compañías y teatros como el Nederlands Dans Theater (NDT) y el Residenztheater,
de Munich. Bailarines de la Ópera de Gotemburgo y del Ballet de l'Opéra de Lyon
se han sumado a sus propuestas. Sus espectáculos han sido galardonados en más
de veinte oportunidades.
Los directores:
“Gabriela Carrizo. A sus 19 años se trasladó a Europa y dejó su natal
Argentina, donde dio sus primeros pasos como bailarina y creó sus primeras
coreografías. Sus creaciones para Les Ballets C de la B, una de las compañías
de danza más prestigiosas de Bélgica, la llevaron a conocer a Franck Chartier,
con quien cofundó Peeping Tom, donde hoy funge como directora artística. Ha
trabajado con la coreógrafa Caroline Marcadé y el bailarín Koen Augustijnen. Ha
realizado dos obras cortas para Nederlands Dans Theater: The missing door
y La Ruta. En 2018, 31 rue Vandenbranden, una pieza creada en
conjunto con Franck Chartier para la Ópera de Lyon, inauguró la Biennale de la
Danse de Lyon. En 2012, Carrizo protagonizó Kid, una película belga
elogiada por críticos cinematográficos y ganadora de varios premios.
“Franck Chartier. Tenía once años cuando comenzó a bailar. A los
quince, se radicó en Cannes para estudiar ballet clásico en la prestigiosa
escuela PNSD Rosella Hightower. Cuatro años después, se integró al Ballet du
XXe Siècle, fundado y dirigido por Maurice Béjart. Gracias a Alain Platel y su
compañía Les Ballets C de la B, conoció la fusión entre la danza y el teatro, y
se acercó a la creación desde su papel de bailarín. Participó con aquel grupo
en tres producciones: La Tristeza Complice, Iets op Bach y Wolf.
Aunque nunca soñó con dirigir, ese es un camino que ha emprendido desde hace
varios años. The lost room, pieza que dirigió para Nederlands Dans
Theater, lo llevó a ser galardonado con el premio holandés Swan Most Impressive
Dance Production 2016. “Chartier utiliza abundantes efectos especiales, vierte
suspense y humor (macabro) en un solo barril y te da la vuelta con un dúo
frágil sublime y sobrecogedor”, dijo el jurado sobre la obra. Comparte la
dirección artística de Peeping Tom con Gabriela Carrizo.
“Peeping Tom nos sirve a todos de espejo y el humor surge de la fricción
que todos experimentamos con lo absurdo de la vida cotidiana ”Guy Duplat, La Libre Belgique, Bélgica
Género: Danza teatro
Compañía: Peeping Tom
Dirección y dramaturgia: Gabriela Carrizo y
Franck Chartier
Audiencia: General
Duración: 70 minutos
Características: Danza contemporánea, multidisciplinar,
teatro contemporáneo
Idioma: francés con subtítulos en español
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