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El
asumir el proceso de los presupuestos participativos, el cual fue una escuela
para todos, entendimos que su fin primordial era lograr la verdadera democratización
del poder, que es la responsabilidad del ciudadano consiente de su ser en
sociedad supera el ejercicio electoral y que él debe y puede incidir en las políticas
de desarrollo que afectan a su propia comunidad.
Los
presupuestos participativos son asumidos como una tarea y una responsabilidad colectiva,
donde todos podíamos compartir nuestros saberes y reconocernos como seres
humanos con capacidad de afectar y orientar un destino social compartido; este
ejercicio permite una re configuración respecto a la lectura que como humanos hacíamos
del otro. Sino que afianzó los lazos de hermandad solidaridad entre los
habitantes de la misma localidad.
Entendimos
que la democracia participativa contiene importantes elementos que permitan
afianzar la transparencia, la eficacia tanto en la formulación cómo en la aplicación
de las políticas de desarrollo y que solo asumiéndolos como seres autónomos y
sociales podíamos avanzar en la construcción de un nuevo camino de dignidad y genuinas
opciones de progreso en la igualdad para todos porque los presupuestos participativos también es y debe ser progreso, de otra forma no
tendría razón de existir
Quizás
uno de los logros mas interesantes que plantea los presupuestos participativos
es que los enormes dilemas urbanos, sociales, y políticos que se presentan en
cualquier localidad encuentran una respuesta viable en las realidades locales,
donde la des centralización de los recursos y el ejercicio ciudadano termina por plantearlo un importante reto a la inoperante burocracia de Estado. La ciudadanía
decide y ejecuta.
Bogotá
que desde el año 1992 inicio un proceso de transformación muy importante y uno
de sus elementos centrales de dentro de su proceso fue la Planeación Local en
cada una de las 20 localidades que conforman el Distrito Capital
La
participación se aprende participando. En última instancia la participación remite
al terreno de la cultura, esto es, a la existencia en la sociedad de hábitos, costumbres
y formas de vida que permitan responder colectiva mente tanto a las necesidades
como también a los infortunios. Tanto la des centralización como la participación
son procesos sociales de largo aliento y en los cuales lo mas importante es el
grado de socialización que ellos logren y la ocupación de los espacios que se abren
en uno y otro terreno
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