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FOTOS EL CRONISTA |
La ceremonia del agua y el fuego es una de las más tradicionales y significativas de la Semana Santa, ella se celebra el sábado en la noche como un preámbulo a la resurrección de Jesucristo.
Los
católicos y el Vaticano ven en ella el preámbulo a la vigilia pascual, la cual
va en rutada a celebrar ese misterio de vida, señaló el padre Jairo Yate. El
curso de la ceremonia va desde la oscuridad con la muerte de Jesús, sintiendo
su abandono.
“Es una ceremonia hermosa porque se pasa de
las tinieblas a la luz, la cual limpia, proyecta y luego hace parte el cirio
pascual. La luz del mundo indica que Jesús es Alfa y Omega, principio y fin y
los fieles que van de la mano con la palabra de Dios, la epístola y el
evangelio”, dijo el clérigo.
El sacerdote entra al templo y llega al altar, en la segunda parte se
inicia la liturgia, luego se interpreta el gloria y posteriormente se encienden
las luces de los templos que indican la liberación.
El papa Francisco expresó, que al ver el sepulcro vacío es creer más en
Dios, aún más cuando se ha perdido la fe.
La vigilia de esa noche se divide en:
Una meditación sobre las maravillas que Dios ha hecho desde el principio
por su pueblo, que confió en su palabra y su promesa; el bautismo, y la tan
esperada comunión de pascua, en la que damos gracias a Nuestro Señor por su
resurrección.
Bendición del fuego nuevo
La bendición se originó en la Galia (Francia). La costumbre de extraer
el fuego golpeando una piedra proviene de la antigüedad germánica. La piedra
representa a Cristo, "piedra angular" que, bajo los golpes de la
cruz, derramó sobre nosotros el Espíritu Santo.
El fuego nuevo, representa la Resurrección de Nuestro Señor, la luz
divina apagada durante tres días, que aparecerá al pie de la tumba de Cristo,
que se imagina fuera de los recintos de la iglesia, y que resplandecerá en el
día de la resurrección.
Este fuego tiene que ser nuevo, porque nuestro Señor, simbolizado por
él, acaba de salir de la tumba.
"Esta ceremonia era ya conocida en los
primeros siglos. Tiene su origen en la costumbre romana de iluminar la noche
con muchas lámparas. Estas lámparas se convierten en un símbolo del Resucitado
dentro de la noche de la muerte", dijo el padre Jairo Yate.
El cirio pascual
Este puede ser el único objeto litúrgico que sólo es visto durante
cuarenta días. Aparece al comienzo de la Vigilia Pascual y en el día de la
Ascensión desaparece.
El cirio pascual es un símbolo de la Resurrección de Nuestro Señor
Jesucristo. Es la evocación del Cristo glorioso, vencedor de la muerte.
Originalmente, el cirio era de la altura de un hombre, que simboliza a
Cristo-luz que brilla en la oscuridad. Los teólogos lo enriquecieron con
elementos simbólicos.+
Un acólito lleva al celebrante el cirio pascual, que tiene en sí las
siguientes inscripciones:
1 - Una cruz. Diciendo: "Cristo ayer y hoy. Principio y fin".
Cinco granos de incienso en forma de clavos en cinco agujeros
previamente hechos en el medio del cirio, dispuestos en una cruz. Este
ceremonial simboliza las cinco llagas de Nuestro Señor en el que penetraron los
aromas y esencias llevados por Santa María Magdalena y las santas mujeres a la
tumba, dijo el padre Jairo Yate.
El incienso es una sustancia aromática que se quema en alabanza de Dios.
Su humo, subiendo, simboliza nuestro deseo de unión permanente con él y que
nuestras vidas, nuestras acciones y nuestras oraciones sean agradables al
Señor.
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