“Durante esos años
pude ser testigo de cómo hombres y mujeres que participan en estos proyectos
pasan por verdaderas transformaciones que los llevan a cuestionar
“presupuestos” de tipo sociológico, psicológico e incluso existencial. La
cercanía a proyectos de medios alternativos me permitió ver cómo la producción
de mensajes en medios alternativos implica mucho más que el simple desafío a
los medios tradicionales con corresponsales campesinos como nuevas fuentes de
comunicación e información”
“Uno mismo elaborando
sus productos mediáticos implica tener la oportunidad de crear las propias
imágenes de sí mismo y del entorno; implica poder recodificar la propia
identidad con signos y códigos elegidos por uno mismo, irrumpiendo así en la
aceptación pasiva de identidades impuestas por sujetos externos; implica
convertirse en el relator de la propia historia y recobrar así la voz propia;
implica reconstruir el autorretrato de la comunidad y sus culturas; implica
explorar las posibilidades semánticas infinitas del propio cuerpo, del propio
rostro, para crear expresiones faciales (una nueva codificación del rostro) y
lenguajes no verbales (una nueva codificación del cuerpo) nunca antes vistos;
implica sacar los lenguajes propios de su escondite habitual, para ponerlos en
la esfera pública y ver cómo se comportan, cómo derrotan otros lenguajes, o
cómo son derrotados por ellos. Lo que importa es que, por primera vez, los
tímidos lenguajes propios, aquellos que se usan para lo familiar y lo privado,
participan en la arena de lo público, de los lenguajes y el discurso”.
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